domingo, 3 de marzo de 2013

El Perdón


Amar a quién nos ama es algo común con los paganos. Todos los hombres lo hacen, más o menos. Pero el seguidor de Cristo debe vivir un amor superior. Debe amar también cuando le ofenden y le persiguen. Debe perdonar. 

Perdonar es el camino de la sanación, es el dejar marchar la dureza que se tenía hacia una persona; soltando todas esas cosas que abrigábamos contra esa persona y soltándola de ese vínculo; perdonar es un proceso que dura toda la vida y se va recibiendo la gracia en cada momento.

El perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho. Perdonar es un proceso complejo. Es algo que sólo nosotros mismos podemos hacer. Al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos.

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